De porque el lado oscuro

- Porque lo dice Jarabe de Palo.
- Porque es mucha presión dividir entre el bien y el mal. Creo todo es uno en su esencia.
- Porque sin oscuridad no existe luz alguna.

En primer lugar deberíamos contemplar el significado de lado oscuro pues, como con todo, a cadacual le sugerirá algo distinto. Dícese el refrán; para gustos colores. Las mentes perversas probablemente lo asocien enseguida con algo horrible, los corazones puros es más que seguro que no hallen en ello algo insano.

Si nos remontamos a los tiempos del Edén podemos ilustrarnos con un ejemplo de Osho y lo que trato de desarrollar quizá quede expuesto con mayor claridad. Resumo; Cuando el creador/a dotó a Eva y Adán del supuesto paraíso les concedió un abanico de infinitos placeres incluido el don de la privación de la conciencia y por ende de los sentimientos. Así pues ambos pasaban sus días sin problemas, rodeados de belleza, bondad y alegría. La belleza, bondad y alegría que ellos acertaban a conocer, claro. Entre tanta utopía también existía un lado oscuro, se trataba de aquel espectaular manzano. Situado en un inmejorable paraje y ataviado de los más maravillosos frutos jamás apreciados. Irónicamente estaba prohibido. Eva, como mujer emprendedora que era, Eva, como mujer y punto, tuvo la valentía de desafiar la norma. Como padre colocaría nada peligroso para sus amados? Y en estas que probó la futa prohibida, seguida de Adán, que desencadenó su inmediata expulsión del paraíso. Al infierno? No. A la conciencia, al conocimiento. A partir de entonces, sintieron frío, hambre, cansancio, dolor... pero también sintieron la risa, el placer, la emoción, la plenitud. Sintieron. Ganaron con el lado oscuro.

- Porque creo que nos han llenado la existencia de supuestos lados oscuros que han frenado, limitado, reprimido, mermado nuestra naturaleza.

- Porque nos han sido impuestos, porque no nos han dado la opción de calificarlos por nosotros mismos.

- Porque cualquier "lado oscuro" que he conocido me ha iluminado siempre la vida.

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Lutero no fue nada comparado con el Útero

Celebramos, es un decir, el 40 aniversario de la más solemne condena por parte de un Papa de la anticoncepción.

Fue Pablo VI, en su encíclica “sobre la píldora”, como se dijo entonces, cuando estaba en su máximo auge este método.

En Europa, el espectáculo de un Papa que vivía y vestía de un modo tan antinatural, que declaraba “antinatural” tomarse una píldora o ponerse un diafragma o condón (mientras que aprobaba como natural hacer complicados cálculos con un calendario y tomarse constantemente la temperatura), resultó demasiado indigerible y provocó un abandono masivo de la Iglesia católica e incluso de la religión.

Como se dijo con gracejo: “El cisma de Lutero no fue nada comparado con el del útero”. Pero desde el punto de vista demográfico, ayudó a conocer mejor el problema y sus soluciones: al año siguiente se vendieron muchas más píldoras anticonceptivas.

Como se dijo con gracejo, el cisma de Lutero no fue nada comparado con el del útero.

En América Latina, entonces con el mayor crecimiento poblacional mundial y mayor número de seguidores del Papa, el efecto fue inhumano, catastrófico, manteniendo e incluso aumentando la pobreza de los marginados, no pocos de cuyos hijos de entonces intentan hoy solucionar sus problemas emigrando a Estados Unidos o Europa, desastre que ya entonces se denunciaba desde allí en cátedras, libros y medios de comunicación. En África, hoy en máximo crecimiento poblacional y tasa de sida del mundo, esa prohibición, repetida por Juan Pablo II de modo especial allí y contra el condón, ha provocado aún mayor miseria e intentos de emigración.

En África, la prohibición de los anticonceptivos ha provocado aún mayor miseria.

Es difícil, pues, imaginar una mayor, más permanente y dañina tragedia, directa o indirectamente, para toda la humanidad que esa tan irracional y gratuita prohibición de los anticonceptivos, que no tiene ninguna base real en la Biblia, a la que, como a la más elemental caridad, el Vaticano antepone su inagotable ansia de poder, creando prohibiciones, pecados inexistentes, que sólo él puede perdonar, máximo “bombero incendiario” de la historia.

*--> gracejo - m. Gracia y desenvoltura al hablar o al escribir.

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