Blues vs Rodolfo Chiquilicuatre

Un enamorado del Rhythm and blues, del Rock and Roll y por supuesto de Elvis, mi hermano, hace algunos meses me dijo “te voy a poner algo que no has escuchado, seguro que no los conoces y no son nuevos“. Me puso a escuchar a Popa Chubby y Joe Bonamassa. Sonaba tremendo, blues que te agudiza los sentidos, y después de haber estado en un concierto del Gran B.B.King es mucho decir. Hasta hace un par de semanas me había olvidado por completo, pero llegó el momento película en el sofá, Black Snake Moan se titulaba la película.

Ya me quedé con ganas de ir a verla al cine, una de esas películas de las me gustan a mi, de personajes difíciles de explicar, donde se redescubren a Samuel L. Jackson, sin menos preciar Pulp Ficción y a Cristina Ricci que rompe en esta película. Bien, lo que yo no sabía de esta película es el culto que le rinden al Blues sin que la trama de película pierda un ápice de interés. La intro a la película la hace Blind Lemon Jefferson quien le dio el nombre a la película con una de sus canciones, desgarradora por cierto, así que va el nene (yo) y busca desesperadamente la Banda Sonara, buf!, pone los pelos de punta.

Aquí retomo el tema, con la Banda sonora de Black Snake Moan a recuperar la música que mi hermano me dejó, Popa y Joe. Grabar en MP3 y para el coche, pues incluso en el coche camino del trabajo lo que transmite esa música es especial. La sensación de estos ritmos secos, lentos y melancólicos dejan entrever que tengo lo que no necesito quizás, que bastaría con unos pocos trabajos que dieran de comer a ti y tu familia, si has encontrado el amor, la comida y el trabajo son para un segundo plano, los malos corazones no existen, solo algún choque de intereses y siempre por supervivencia. Los periódicos no harían falta si te paras a preguntar al vecino como le trata la vida, así que no voy a estropear lo que resta de tarde jugando a la consola. Apago la radio y cierro el coche para dirigirme a comprar el pan, mientras pienso: “ahora charlaré un poco con el panadero y quien sabe si me cruzo con un vecino y me paro a conocerlo algo mejor”. Mientras paseo, me doy cuenta del estupendo día que hace, el sol brilla en las hojas de los árboles y sale el olor de algún pastel desde algunos de los pisos bajos de mi barrio. La floristera no tiene clientes y está aprovechando para leer un libro, seguramente en breve llegarán sus sobrinos como cada tarde.

Llego a la panadería, abro la puerta y empieza a sonar el móvil de un joven que estaba sentado con lo que parecía su pareja, con el pelo largo solo desde la nuca, al menos tres cordones de oro en el cuello, y de tono pues … Rodolfo Chiquilicuatre ni más ni menos. Me acerco al mostrador y me atiende una chica oriental, le pido una barra y responde “sesenta”. Le suelto un euro, me da el cambio y atiende el siguiente, mmh.. ¡Que charla más intensa por favor!, no he podido ni saber de que color tenía los ojos por que ni me ha mirado. A ver si de vuelta la cosa cambia pienso, y me voy camino a casa, sin prisa, el olfato me dice que el pastel se ha quemado, y la floristera ha dejado de lado el libro para hurgarse la nariz, no se cuanto rato, al menos todo el tiempo que estuvo en mi campo de visión, y los sobrinos que llegan, berreando y con la madre histérica gritando. En lo que me queda de trayecto me encuentro con el dueño del local de debajo de mi casa, le saludo y se hace el silencio. Es que gastó toda la simpatía el domingo, se puede entender.

Total, que no os dejo un enlace del pedazo de gol que metí con West Ronny jugando a la play…. Por que.. no se como pasarlos al ordenador básicamente. En su lugar un enlace a un concierto de Popa Chubby.