La memoria del agua

Me fascina el tema de los cristales que se forman en el agua, no lo puedo evitar. Nuestros sentidos son tan limitados que al beber, lo único que percibes es ese mismo vaso y un líquido transparente. Jamás se te pasaría por la cabeza que aunque ese contenido es fuente de vida, tenga vida propia.

Masaru Emoto es un investigador japonés que ha conseguido fotografiar las moléculas de agua y ver su sorprendente comportamiento ante determinados estímulos como la música o la violencia.

Se podría llegar a pensar entonces que si el ser humano está compuesto en un 70% de agua, determinados estímulos tanto positivos como negativos pueden influir no sólo en nuestra psique.

Sin dejar de lado nuestro planeta, por supuesto, desde que Emoto comenzase a estudiar el tema ha ido recopilando miles de fotografías. En ellas se muestra que cuando el agua está “viva” su estructura interna muestra figuras geométricas de belleza inigualable. Por el contrario, cuando el agua está contaminada, o estancada su orden interno se perturba y su estructura cristalina se pierde, quedando una imagen distorsionada, deformada y sin fuerza luminosa.

Me gustaría decir que aunque su descubrimiento no ha sido elevado a la categoría de ciencia, es innegable que es todo un hallazgo y que sólo falta demostrar las hipótesis que él sugiere, pero cada uno de nosotros en nuestro fuero interno sabemos lo que un pensamiento, intención, o acción tanto positiva como negativa conlleva y los resultados que provocan. Que no lo podamos observar a simple vista no significa que no sea así.

Por cierto hay una película sobre el tema, aquí va un extracto.



Entre los libros del autor japonés, uno de los mejores en cuanto a fotografía es Mensajes del Agua (la belleza oculta del agua).

Be water my friend.